El Día de Muertos es una de las tradiciones más significativas de México, una celebración que mezcla elementos prehispánicos y católicos para honrar a quienes han partido. Los altares son el corazón de esta festividad, con ofrendas que incluyen comida, velas, flores de cempasúchil y objetos personales de los difuntos. Estos altares no solo sirven para recibir a las almas de nuestros seres queridos, sino también para contar historias. Cada elemento en el altar tiene un significado: las velas guían a los espíritus, la flor de cempasúchil marca el camino con su color vibrante, y las fotografías son un recordatorio tangible de quienes nos precedieron.
Los muebles y objetos que fueron parte de sus vidas también se convierten en reliquias que evocan recuerdos. Una mesa, por ejemplo, no es solo un lugar donde se compartían los alimentos; es un símbolo de convivencia, de esas pláticas interminables que los rodeaban y que llenaban de vida el hogar. Y es que en cada mueble queda impresa la esencia de quienes lo usaron, lo tocaron y lo hicieron suyo. Una silla que cruje, una mesa marcada por el tiempo, no son imperfecciones, sino testimonios de momentos compartidos.
En ONRA, creemos que los objetos artesanales no son solo piezas decorativas, sino portadores de memorias y emociones. Cuando colocamos uno de estos muebles en un altar o lo mantenemos en nuestro hogar, estamos trayendo de vuelta esos fragmentos de vida, esos momentos que vivimos con quienes ya no están. Así, en cada Día de Muertos, los objetos se vuelven más que eso; son puertas al pasado, formas de mantener viva la memoria y el legado de nuestros antepasados. La conexión entre los muebles y las historias familiares se refuerza en esta tradición, donde lo cotidiano y lo trascendental se encuentran, y lo eterno cobra vida en cada detalle.
Las piezas de ONRA, elaboradas con dedicación y esmero, son un testimonio de la artesanía mexicana, pero también de la importancia de preservar las historias que los objetos cuentan. Cada silla, cada mesa es una pieza que seguirá siendo parte de la memoria familiar por generaciones.
